Cuando existe amor genuino entre dos personas, fácilmente se detectan actitudes inconfundibles que lo denotan. Es algo que se ve sin el menor esfuerzo... Es algo que se refleja espontáneamente sin necesidad de demostrarlo de otra forma...
Por ejemplo, quiero citar 4 actitudes de las muchas que hay:
Se siente la necesidad intensa de estar todo el tiempo con la persona amada. Se añoran los momentos en que no se esta con ella; y siempre está ocupando un lugar muy especial en los pensamientos y en el corazón, independientemente a cualquier actividad que se este realizando.
Se siente la necesidad intensa de comunicarse sin límites de tiempo si es posible. Hay palabras que decirse, aunque todo el tiempo se digan lo mismo. Siempre hay una palabra sencilla tocando el corazón...
Se siente la necesidad intensa de hacer todo lo que agrada a la otra persona. No existe ni el más mínimo deseo de dañar a quien se ama, al contrario solo se busca cómo hacerle sentir bien todo el tiempo.
Se siente la necesidad intensa de renunciar a uno mismo, sin importar las conveniencias personales que uno tenga. Lo que realmente importa son las conveniencias de quien se ama.
Ahora quiero trasladar estas actitudes de este amor genuino, hacia Dios. Y hazte las siguientes preguntas, para ver si en realidad le amas como tu dices.
Sientes la necesidad intensa de gozar todo el tiempo de la compañía de Dios, independientemente en donde estés o te dirijas?... De vivir en una intimidad constante con Él, sin ninguna interferencia interna o externa que lo opaque?...
Sientes la necesidad intensa de buscarle en Oración aunque el cansansio fisico te agote?... De expresarle palabras que te salgan de tu corazón de manera espontánea sin limites de tiempo?... De sumergirte de lleno en la meditación de su Palabra?
Sientes la necesidad de vivir en Obediencia radical a sus lineamientos?... De reflejar con tu propia conducta ante los demás, que eres un hijo o hija de Dios?
Sientes la necesidad de renunciar a tus propios planes y proyectos para ir donde Él te lo pida de manera incondicional?... De decirle: Heme aquí Señor, envíame a mi?
Sientes la necesidad de amar incondicionalmente a quienes te rodean?... De amar a tu esposa o esposo?... De amar a tus padres como se lo merecen?... De amar y comprender a tus hijos?... De amar aún a aquellas personas que te hirieron profundamente?... De amar a los enfermos, a los delincuentes, a los pobres y a todos aquellos que la sociedad ha marginado?...
Recuerda algo muy importante: Que El fruto del Espíritu es el amor. Así le escribe Pablo a los Gálatas. Galatas 5:22.
Si en realidad el Espiritu de Dios gobierna tu vida, entonces espontáneamente le amarás a Él y a tu prójimo. Esto es algo incuestionable e irrebatible.
¿Ves entonces que importante es Orar para que el Espíritu de Dios sea quien nos gobierne de forma absoluta nuestros sentimientos?
Asi es… Necesitamos que nuestros sentimientos estén subordinados bajo su control y no bajo nuestros intereses egoístas. Caso contrario, No podemos amar...!!! No podremos amar por mucho que lo intentemos con nuestras propias fuerzas. No podremos poner en práctica esas sabias palabras que el apóstol Juan escribe en su carta:
Hijitos míos, no amemos de palabra, ni de la lengua, sino de hecho y en verdad
1 Juan 3:18
FUENTE: www.iglesialatina.org
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